miércoles, 18 de diciembre de 2013

Sin título.






¿Alguna vez os habeis parado a pensar en lo rápido que pasa el tiempo? No nos damos ni cuenta pero poco a poco avanzan los días en el calendario. En ese calendario en el que firmabamos nuestra fecha de boda, y que acabó convirtiéndose en un funeral de sentimientos. Llega la tormenta y todo se vuelve oscuro, estás perdida, sumida en la más temible desesperación. Pero si te fijas, ¿ves ese rayito de luz del fondo? Ese rayito eres tú. La tormenta pasa, y llega la calma, esa calma que siento al apoyar mi cabeza sobre tu pecho, al fundirnos en ese abrazo interminable. No te vayas, no dejaré que cometamos el mismo error una vez más. Pero.... ¿qué es ese ruido? ¿qué pasa? Rapidamente mis manos se alejan de las tuyas. ¡No joder, no! No me dejes sola. Y abres lo ojos, asustada, desconcertada, apagas el despertador y ves que ha sido otra vez la misma pesadilla. Tú ya no estás aquí, y mi cama vuelve a abrazarme con toda su frialdad mientras me rindo a esas lágrimas que salen a borbotones de mis ojos.
Buenas noches amor. Te echo de menos. 

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