sábado, 13 de abril de 2013




Y qué ganas de salir y comer el mundo. A bocados. Y con grandes bocanadas de aire, que llegue a cada rincón del cuerpo y lo llene, para tener la ilusión de volar. Pero cuando vuelves a la realidad ese aire es humo, dejas de volar y caes de golpe. No quiero. Que nos de el sol esa fuerza que nos quitó el frío del invierno, para volver a tener alas. Y llegar al infinito, ida y vuelta.